Tabarca, la isla plana de la Costa Blanca

La Isla Plana de Nueva Tabarca es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana. Se encuentra al sur de la ciudad de Alicante -a cuyo término municipal pertenece-, a once millas náuticas, muy cerca del Cabo de Santa Pola.

En realidad, más que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto, además de la principal, por los islotes La Cantera, La Galera, La Nao y algunos escollos como La Naueta. Tiene una longitud aproximada de 1.800 metros y una anchura máxima de unos 400 metros. Su orografía es plana y con suaves acantilados por casi todo su perímetro. Posee una curiosa silueta que se asemeja a un violín, por lo que se la conoce también como Isla Violín.

Las aguas circundantes a la isla fueron declaradas en 1986 Reserva Marina de Interés Pesquero del Mediterráneo, primera en España, en virtud de la excelente calidad de estas y la biodiversidad de su fauna y su flora. También por ser un claro ejemplo de las comunidades marinas mediterráneas escasamente alteradas.

En Tabarca las aguas son muy transparentes, con un espesor iluminado entre 22,5 y 47,5 metros de profundidad, lo que permite que las plantas puedan vivir a mayores profundidades y por lo tanto que sus ecosistemas sean especialmente ricos. Sus fondos marinos se encuentran recubiertos por vastas praderas de Posidonia Oceánica en excelente estado. El oxígeno producido por esta planta depura y enriquece las aguas, mientras la cobertura vegetal constituye un área ideal de cría y refugio para gran cantidad de larvas y alevines de peces.

Esta reserva marina, que ha sido señalada como modelo por la FAO, es un ejemplo de gestión colaborativa entre administraciones, cuyos planes se inscriben en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS 14) para conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.

Sus costas albergaron en el pasado un refugio de piratas berberiscos, que navegaban en esta zona del Mediterráneo. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificarla y sirvió de prisión para muchos de estos piratas. Más tarde hizo levantar en ella un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores genoveses que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka. De ahí los apellidos italianos de muchos de sus habitantes actuales.

La muralla que rodea su núcleo urbano ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural, y se encuentra en proceso de recuperación y restauración. Destacan las tres puertas de acceso al pueblo: Puerta de San Rafael, la principal, orientada a levante; Puerta de San Miguel, con orientación norte y salida al antiguo puerto; y por último, Puerta de San Gabriel, al oeste, a poniente. Uno de sus edificios más significativos es la imponente iglesia de San Pedro y San Pablo, Patrones de la isla, que fue edificada durante el S. XVIII. Es de estilo Barroco y se construyó con grandes sillares de piedra de la cantera propia.

En la zona deshabitada de la isla, extramuros, se encuentra el Torreón de San José (1790), una edificación troncocónica de piedra, que se usó como prisión y torre vigía. También hay un bello faro, construido en 1850, cuyas instalaciones han sido recuperadas y sirven de base para investigadores y biólogos marinos. En el extremo este de la isla podemos visitar el pequeño cementerio local.

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