Por eso, Alicante es una ciudad dinámica y moderna que reúne todas las condiciones para ser el mejor destino urbano del levante español. Su ubicación, tamaño e infraestructuras hacen de ella un lugar cómodo para desplazarse en ella o para conectar con el resto de España y Europa. El aeropuerto internacional que recibe cada año unos 11 millones de viajeros. La estación de ferrocarril con tren de alta velocidad, que conecta con varias ciudades de España en tiempo mínimo. El puerto comercial y la terminal de cruceros para viajeros, que acoge grandes cruceros de turistas.

¿Y todo esto, qué nos dice?

Pues que Alicante posee las características necesarias para ser el mejor destino final de todo tipo de visitantes. En cuanto a clima, gastronomía, ocio, deportes, cultura o negocios, el potencial es enorme.

Alicante disfruta de un clima privilegiado con inviernos suaves y veranos templados. Es una de las ciudades de España que más horas de sol tiene al año. Como decían aquellos antiguos eslóganes turísticos: “Haga como el sol y pase el invierno en Alicante” o “Alicante, la casa de la primavera”. Y es cierto, en solo 2 o 3 horas en avión, puede pasar de estar a una temperatura bajo cero, a estar tomando un vino y unas tapas en manga corta y sandalias.

La gastronomía de Alicante es otro de sus puntos fuertes. Por donde quiera que vaya, encuentra infinidad bares y restaurantes con una variadísima oferta. Hay restaurantes vanguardistas con Estrella Michelin, locales con una cocina de alto valor gastronómico o pequeños bares familiares de producto fresco y cocina tradicional, todos de la más alta calidad.

En cuanto al ocio, la ciudad ofrece múltiples opciones: a sus conocidas playas de arena fina, se unen sus fiestas oficiales en honor a San Juan, les Fogueres; la Semana Santa, llena de devoción y arte; sus monumentos emblemáticos y edificios históricos para visitar: el Ayuntamiento, edificio barroco con historias increíbles o el Castillo de Santa Bárbara, una imponente fortaleza militar medieval, que se ubica en la cumbre del monte Benacantil, a 166 m. de altitud, en el centro de la ciudad y sobre cuyas laderas creció esta. Allí descubrirás una preciosa leyenda sobre un rey moro y su bella hija…

Merece la pena una visita a la isla de Tabarca, que fue antigua prisión para piratas berberiscos y más tarde fue convertida por el rey Carlos III en pequeño pueblo de pescadores, con sus calas de aguas cristalinas declaradas reserva marina hace más de 35 años. Pero de ella hablaremos más adelante…

El ocio nocturno está garantizado con locales de moda en diversas zonas, donde degustar exquisitos cócteles y bailar.

Alicante es también ciudad para el deporte pues se celebran diversos eventos internacionales a lo largo de todo el año. Dispone varios lugares para la práctica del deporte y el esparcimiento, estadio de fútbol, centros deportivos de alto rendimiento, 3 clubes náuticos, 2 campos de golf en su entorno más próximo y numerosos espacios abiertos habilitados para corredores, marchadores o ciclistas. Es ideal para la práctica de los deportes náuticos por la tranquilidad del mar y la buena temperatura de sus aguas, incluso en invierno. 

La vida cultural es magnífica: son imprescindibles las visitas al museo arqueológico MARQ, mejor museo de Europa en 2004; el de las bellas artes, MUBAG, de pintura, con visitas guiadas y teatralizadas; o el de arte contemporáneo MACA, que alberga la espléndida colección del artista local Eusebio Sempere y otros artistas. Un gran auditorio, el ADDA, y varios teatros con amplias programaciones musicales y escénicas durante todo el año, completan la oferta.

Por otro lado, la ciudad cuenta con un magnífico centro de congresos y negocios que da servicio al vasto entramado empresarial de Alicante y su provincia.

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