Vivir en un Pueblo con Encanto

A lo largo de la costa y en la montaña, encontrará, en la provincia de Alicante, pequeños, hermosos y tranquilos pueblos donde la vida transcurre a un ritmo pausado.

Pueblos con encanto que, bien encaramados en las cumbres o bien  volcados sobre el Mediterráneo, le ofrecen todo lo que necesita para tener una vida sana, apacible y confortable.

Quién sabe dónde y cuándo puede producirse ese momento mágico en el que un viajero siente una especie de revelación que le ata a uno de estos destinos para siempre. Quizá al recorrer cualquiera de los bellos cascos históricos, coronados por pétreas fortalezas, que salpican de memoria y patrimonio los municipios de la provincia. Allí donde el legado de antiguas civilizaciones contempla, desde el tiempo y la distancia, un desarrollo histórico que ha dejado huellas en la arquitectura y en el paisaje urbano.

Son lugares donde la integración con sus habitantes es muy fácil por la cercanía de sus gentes, donde poder descubrir tradiciones y fiestas populares y ‘empaparse’ del auténtico Spanish way of life. En ellos puede disfrutar de una gastronomía tradicional y saludable, así como de unos parajes inigualables de bosques mediterráneos o acudir a los múltiples mercadillos donde las antigüedades y la artesanía local son protagonistas.

Veamos algunos…

Aigües

Apacible y reposada, rodeada de pinares, conserva un precioso balneario de s. XIX, ahora en desuso, que contenía aguas medicinales. Se ubica en una zona montañosa muy próxima a la costa y a la capital, y disfruta unas condiciones climáticas excepcionales. Vibrante y divertida en verano, cuando todos sus ‘hijos’ regresan para el descanso estival.

Alcocer de Planes

Enclavada en las montañas del interior, pueblo de origen Morisco como se puede adivinar por sus casas blancas y sus campos abancalados. Su principal actividad económica se centra en la producción de la cereza, en cuya zona de denominación de origen se encuentra ubicada la localidad. Pero su mayor interés turístico radica en el paisaje y en la naturaleza que lo contiene, especialmente el embalse de Beniarrés. En las cercanías se encuentra El Barranco de la Encantada con unas espectaculares pozas de aguas cristalinas.

Villajoyosa

Pueblo tradicionalmente dedicado a la pesca tanto de bajura como de altura, tiene una de las mayores flotas pesqueras de la costa mediterránea. Esta relación con el mar ha marcado su historia y su cultura puesto que el comercio marítimo con ultramar tuvo como fruto el desarrollo de la otra industria típica vilera: la fabricación de chocolate.

La Vila guarda muchos encantos como son las subastas públicas del pescado que se hacen por la tarde. Las fachadas de intenso colorido, originadas por la necesidad de que los marineros divisaran sus casas desde la lejanía. El casco antiguo amurallado es digno de ser contemplado y paseado, así como sus famosas fiestas de Moros y Cristianos.

La localidad posee 3´5 km. de playas de arena blanca y fina, destacando entre ellas las del Centro, donde se celebra el famoso desembarco Moro durante las fiestas, o la de El Paradís.

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